Lo que se escucha

Lo que se escucha en la calle es carne de asombro. Lo que se cuenta en los restaurantes abisma. Lo que se conversa en las oficinas indigna. El anecdotario de la corrupción es cada vez más profuso. No hablo de la corrupción que ha puesto en la fila palabras como Andorra, narcotráfico o FIFA. No la corrupción de grandes magnitudes. Sino la que ejercen funcionarios de menor cuantía, importantes pero no demasiado, revolucionarios pero gracias a los privilegios, enchufados mientras haya beneficios. Las historias se acumulan, unas tras otras. Todas huelen a exceso de dinero. El azufre circula con desparpajo por la geografía nacional.

Chávez llegó al poder ondeando la bandera de la lucha contra la corrupción. Simplemente era hora de cambiar a los dueños del saqueo.