Uno se pregunta

Todo asombro nace con una pregunta en la punta de la lengua. En estos tiempos donde lo cotidiano es tan rocambolesco es inevitable hacernos preguntas.
Pero, como lo dijo Maurice Blanchot, la respuesta es la desgracia de la pregunta.
Uno ve al presidente de la república y a sus ministros explicando el por qué de las penurias del venezolano y la mirada se lesiona, se transforma en más perplejidad.
Uno comienza a entender ese instrumento que es el cinismo.
Y uno se pregunta cosas.