La voz editorial de las mañanas

Usualmente, la salida del sol se asocia con el vigor de los comienzos. El mundo empieza una vez más con cada amanecer. La vida estrena otra función. Pero en Venezuela, desde hace largos años, estrenar el día es reiniciar el agobio, recordar en qué capítulo del desatino andamos. La sensación de que todo comienza de nuevo cambia a la certeza de que todo sigue peor. Y entonces uno prende la radio y se asoma a las noticias, como quien se asoma temerosamente a un precipicio. Con el vértigo en la orilla del café.