Primitivos

No son días fáciles estos. Es una frase que podría haberla repetido –lunes a lunes- durante los últimos tres lustros de país. Pero estos días recientes han sido particularmente rudos. La sensación es de asfixia. Nos está faltando el aire para resoplar el hartazgo de tanta mala noticia. Uno, y cuando digo uno digo casi 30 millones de cédulas, se siente rodeado, emboscado por la adversidad. Por un lado, andamos contando las horas para el gran apagón eléctrico del país. Y no es que nos guste el tono sombrío de ciertos profetas. Es el propio ministro del área quien lo asoma en sus declaraciones. La oscuridad está decretada para las próximas semanas.