Un día cualquiera

Dulce estaba feliz. Después de dos días de colas extenuantes en un Bicentenario se rindió al atajo que un bachaquero le ofrecía: una paca de 20 paquetes de Harina Pan por 10 mil Bs. Le parecía una enormidad de dinero pero le resolvía una larga tanda de desayunos y cenas a su familia quizás por dos meses. La arepa volvería a ser una agradable rutina en su hogar. Lo consultó con su marido y se decidieron. Sacó la plata del tarro donde antes guardaba el café. Se citó con el vendedor en una calle aledaña a un centro de salud en Petare. Esperó diez, quince, veinte minutos. Hasta que Quincy llegó en un carro achacoso y tronante. La transacción fue rápida, con la misma presteza con la que actúan los buhoneros de la droga.