Yo revoco

Permítanme iniciar estas palabras con una pavorosa certidumbre. El venezolano del siglo XXI vive actualmente en el sótano de su propia historia. Y, como en todo sótano, la oscuridad es la reina. Como en todo sótano, la ausencia de luz genera una temperatura de asfixia. Hoy la vida se nos ha convertido en un asunto penoso, en una experiencia agotadora. La depresión es el idioma de moda. Somos los escombros de un antiguo esplendor.