Tiempo de solicitudes

Convengamos en un primer punto: los venezolanos estamos agotados. Ya, ya basta. Suficiente. Necesitamos regresar a la vida. Más aún, los venezolanos estamos asustados. Muy asustados. No entendemos cómo pudimos llegar a este derrumbe general. A este naufragio de la normalidad.
Los temas de la vida cotidiana fueron arrasados por el huracán de la revolución. Ya casi nadie habla de la película que vio en la víspera, de la ropa que compró en un centro comercial, de la playa que visitó el fin de semana, de las hazañas escolares de los hijos o de la telenovela de moda, entre otras razones, porque ya no hay telenovela de moda, ya no hay temas frugales, ya no hay levedad posible. Todo es grave, penoso, incierto.