La absurda historia de Pancho y Gabo

Era domingo 19 de junio, día del padre. La familia Márquez Lara no tenía otra forma de celebrarlo que a través de internet. Todos estaban en distintas geografías. Así, el padre, Ricardo Márquez, recibió el abrazo de sus tres hijos vía skype. Pero hubo un momento en el que se le torció la sonrisa, justo cuando su hijo menor, Pancho, le comentó que ese mismo día iría manejando desde Caracas al Estado Portuguesa a prestar apoyo logístico en el proceso de validación de firmas para el referéndum revocatorio. A la alarma del padre se sumó la de María Luz, la madre. Él los tranquilizó, no tendría por qué haber problemas, era una jornada que lo entusiasmaba, además iría con Gabo, su gran amigo y mano derecha en la Alcaldía del Hatillo. A las 6 pm envió un mensaje diciendo que ya estaba por llegar a su destino. El señor Ricardo sintió entonces que el día del padre terminaría de forma plácida y sin contratiempo alguno.

Estaba totalmente equivocado.