Los nuevos escualidos

La semana pasada se escribió sobre el pavimento caraqueño el acta de defunción del término “escuálido” para caracterizar a la oposición. Ya no sirve. Ya no cuadra. Es un remoquete que perdió verosimilitud desde el 6 de diciembre pasado cuando la oposición se convirtió en una muchedumbre de casi 8 millones de votantes para alcanzar la mayoría tajante y definitiva en el parlamento. Los síntomas son cada vez más copiosos. Las cifras del país opositor se han vuelto enfáticas, irrebatibles. Si nos piden la presencia de apenas un 1% de nosotros, nos convertimos en derroche. Si nos piden marchar para mostrar el plural en la calle, nos volvemos río y afluentes, multitud y entusiasmo.