El Uber de los derechos humanos
Todas las cuentas arrojan el mismo resultado. En apenas tres años el régimen de Nicolás Maduro ha multiplicado exponencialmente las cifras de represión que Hugo Chávez poseía. De hecho, a la llegada de Maduro al poder había solo once presos políticos en las cárceles venezolanas. Pero muy pronto las estadísticas vivieron un movimiento sísmico y apenas en el 2014 hubo más de 3.000 detenciones y el número de presos políticos desbordó los trescientos. El balance del esquema represivo de Maduro desde enero del 2014 hasta septiembre del 2016 es de 6.489 detenidos. Una barbaridad. Pero la cuenta sigue subiendo. La histórica marcha de este 1 de septiembre atizó la bilis del heredero del trono. Hubo 93 detenidos en todo el país y 34 heridos en la concentración del Obelisco en San Cristóbal. Aún no había ocurrido el episodio de Villa Rosa en Margarita. Allí Maduro perdió el control. El repique de las ollas en sus narices le hizo, entre otras vergüenzas, mandar a retener a varios habitantes de la humilde comunidad y enviar a la cárcel a Braulio Jatar, un periodista que solo cumplió con el papel de comunicar, desde la propia isla, los hechos.