Los otros

Nunca como en estos tiempos había sido tan difícil ser venezolano. La cédula de identidad se ha vuelto una lámina opaca y ruinosa. Nuestra historia reciente nos ha confrontado severamente con nuestro gentilicio. De ser un mapa de ciudadanos ostentosos, alegres y altivos somos hoy un territorio por donde deambulan a sus anchas el hambre, la aflicción y la violencia. De ser los más simpáticos del continente somos los más ruidosos en la depresión. Estamos viviendo el desencanto de ser venezolanos en el siglo XXI. Y para muchos eso ha significado quemar las naves, bracear hacia el exilio, buscar otra orilla para reinventarse la vida. Los anfitriones de antes son los desterrados de hoy. Los huérfanos de patria.