La alumna que retrató a un país

Pasó un domingo, día feliz para cualquier estudiante del planeta porque no hay pizarrón ni escrutinio. Pasó frente a las cámaras de televisión, lo que entrañaba el posible fogonazo de una fama fugaz. Pasó ante el Presidente de la República, que no es poca cosa, sino todo, porque ante él uno quisiera decir lo que nos falta e indigna, lo que nos mata, lo que nos ha vuelto penumbrosos. La estudiante, diáfana en sus 16 años, nítida en sus mejillas, se hizo voz de todo un colegio, más aun, de un país entero con todos sus kilómetros cuadrados de agobio y penitencia.