Torta en la cara

Hay que reconocerlo: el régimen le pone bastante empeño a desafiar nuestra capacidad de asombro. El martes pasado, ese accidente de la economía nacional llamado CLAP estrenó programa de televisión y para hacer aún más conmovedor su debut en la parrilla de la programación nacional se le picó una torta porque, ¡oh gloria inmarcesible de la revolución!, el CLAP está de cumpleaños. ¡Ha llegado a su primer año de vida! Tanta emoción nos supera.

Ningún ser humano sensato puede unirse a la celebración del primer año de un mecanismo de emergencia. Es como que alguien festejara que ya tiene 365 días en la sala de emergencia de un hospital. Digamos, aun no lo han podido curar, estabilizar, enviar a su casa o siquiera trasladar a una habitación normal, pero ¡qué maravilla que aún está en la sala de emergencia! ¡Brindemos por eso!