El choque de trenes

El sobresalto se ha convertido en nuestro clima natural. Tenemos años –muchos, demasiados años- refiriéndonos a cada tiempo que se aproxima como “el gran desenlace”, “los días cruciales”, “la cuenta regresiva”, los capítulos culminantes”. Y, para asombro de todos, cada momento de tensión final le abre la puerta a un nuevo capítulo. Como si se tratase de una telenovela que se niega a culminar y enrosca su trama infinitamente. El infierno de Dante y los nueve círculos que retrata en la Divina Comedia son apenas literatura ante las distintas capas de horror que hemos ido descubriendo los venezolanos. Nunca una pesadilla había tenido tantos sótanos. Nunca en nuestra historia moderna habíamos lidiado con tanta adversidad colectiva. La revolución chavista se ha convertido en una catástrofe de dimensiones colosales. El dolor nos ha tumbado la vida a culatazos y patadas.