Leonardo
Padrón

Venezuela es una telenovela – Carolina Acosta

Un fragmento de “Venezuela es una telenovela”

Venezuela es una telenovela relata los resultados de mi estudio sobre la exitosa telenovela Cosita Rica. Un trabajo de investigación complejo y riguroso que utilizó métodos etnográficos y textuales para entender el fenómeno de la novela que le devolvió el primer lugar de sintonía a Venevisión después de dos años.

 Este libro es también la historia de los venezolanos cuya vida diaria se vio invadida por la crisis política, económica y social que ha afectado a nuestro país en los últimos años. Al incluir elementos de la cotidianidad en tiempo de crisis y proveer al venezolano con la oportunidad de reconocer sus propias circunstancias en una serie de historias y personajes entrañables, Cosita Rica se convirtió en la telenovela de Venezuela: el relato que noche a noche sentó a un país frente al televisor para reflexionar, sufrir y reír.

 Venezuela es una telenovela es también la historia de la producción de este exitoso seriado: desde la inspiración y transpiración de su autor principal, Leonardo Padrón, hasta la compleja puesta en escena a manos de actores, directores, productores y técnicos, pasando por la lucha por ganar el rating y el inevitable intercambio entre ficción y realidad que distinguió a Cosita Rica. En este sentido, Venezuela es una telenovela es la historia de un grupo de mujeres y hombres que se entregaron en cuerpo y alma a este proyecto en el cual muchos de ellos encontraron satisfacción y orgullo, algunos encontraron un oasis, y otros la oportunidad de su vida.

 Cosita Rica estuvo en el aire once meses (30/09/2003-30/08/2004). Durante este período Venezuela vivió su propia telenovela: una secuencia de escenas históricas altamente dramáticas que incluyeron el pedregoso camino hacia el referendo revocatorio del Presidente Hugo Chávez. Creo que esta telenovela que estuvo irremediablemente ligada a la realidad

venezolana, y la historia de su producción y consumo, constituyen una rebanada importante de la historia contemporánea de Venezuela. En este sentido, Cosita Rica fue el epicentro donde medios, cultura y sociedad evidenciaron el complicado tramado que los une, ya que al enlazarse con la realidad, Cosita Rica se convirtió en ingrediente fundamental de nuestra historia.

 Inevitablemente, Venezuela es una telenovela es producto de mi propia historia como académica inmersa en el estudio de Cosita Rica. Es el relato de mi lucha con la paradoja de la distancia geográfica y la cercanía cultural que son parte esencial e ineludible de mi identidad

como profesora venezolana en la academia norteamericana. Estudiar a Cosita Rica desde lejos retó mi determinación y creatividad como investigadora que necesitaba acceso a la audiencia y a los responsables del texto audiovisual que salía al aire cada noche en forma de capítulo. A la vez, la lejanía física contribuyó a la necesaria perspectiva que todo investigador debe tener para entender mejor su objeto de estudio.

 Escribo estas líneas sentada en mi mesa predilecta en mi café favorito de Athens, Georgia –la ciudad universitaria donde vivo en Estados Unidos. Éste ha sido mi habitat en los últimos trece años y, sin embargo, una parte importante de mí nunca deja de estar en Caracas, la ciudad donde nací y crecí. A la vez, es aquí en Athens donde me he desarrollado intelectualmente como comunicóloga, profesora e investigadora, y donde la distancia física y mi trabajo académico me han ayudado a entender mejor al país que adoro y en el cual no vivo

actualmente. Y es Cosita Rica la que me ha permitido conectar mis dos personalidades –profesora y venezolana– y enlazar tres de mis grandes amores: Venezuela, el estudio de la comunicación y las telenovelas.

 A pesar del rol que ha jugado y juega el rigor en mi formación académica y en la manera como diseñé y llevé a cabo este estudio, este libro no intenta ser un texto estrictamente académico. Mi relato es analítico, pero trato de utilizar un lenguaje accesible a audiencias no necesariamente académicas. Venezuela es una telenovela no es un análisis de los orígenes de la telenovela latinoamericana, ni es un tratado sobre la historia de la telenovela en Venezuela. Tampoco es una colección de chismes de farándula producto del acceso privilegiado que tuve al área de producción de Cosita Rica. Venezuela es una telenovela es un caso de estudio cuyos objetivos son iluminar el género de la telenovela, el cual no termina de ser analizado en toda su complejidad por la academia, y subrayar las articulaciones entre medios, cultura y sociedad.

 Cosita Rica es un texto que se derramó sobre la formación social venezolana. Más allá de la audiencia que la siguió fielmente, la telenovela estuvo presente en la popularidad alcanzada por sus temas musicales, en la creación de una línea de perfumes con su nombre, en la manera casi obsesiva en que las páginas del periodismo de espectáculos la referenciaron, en la forma sistemática en que Venevisión llenó su programación diaria con los actores y los contenidos de Cosita Rica, en la vehemencia con la que el público en la calle se relacionaba con los actores y el escritor, en los comentarios de la prensa alternativa chavista, en las referencias de las que fue objeto en las publicaciones políticas, en las innumerables conversaciones y mensajes que generó en los foros sobre telenovelas en Internet y en la manera en que preocupó tanto al gobierno como a la oposición. De hecho, mi mamá

nunca vio telenovelas…hasta que llegó Cosita Rica.

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