¿Estamos ante otro libro más de astrología? No, no es tan simple. ¿Son cuentos de amor? Tal vez. ¿Es una brújula para aquellos que no tienen puntería en el amor? Es posible. ¿Un divertimento literario? A veces. ¿Ráfagas de poesía? Quién sabe. ¿Qué es este libro? Yo diría que una mezcla de géneros y una estupenda idea. Muchos se asoman a la astrología para conseguir respuestas a los laberintos del corazón. Aquí está, entonces, todo un libro consagrado a esa casi indisoluble relación entre planetas y despechos. Leerán, por ejemplo, la historia de amor en rappel de Manuela, la más impulsiva de las Aries; de Ignacio, un corresponsal de guerra, todo un Géminis huidizo; o la de Deborah en Miami, con su cadera egocéntrica y su Sagitario enamorado. Son doce historias ilustrativas de cómo se debe cortejar a un Escorpión, qué no se le debe regalar a un Virgo y cuántas veces vale la pena llamar por teléfono a un Tauro, entre otras estrategias. ¿Será esto también un manual?
Mariana Reyes es uno de los secretos mejor guardados de Caracas. Sus consultantes se vuelven adictos a sus cartas astrales. Sus amigos la veneran desde el primer día. Los recién llegados se abisman ante esta mujer de luminosa sensibilidad y alto dominio de su oficio. Alérgica a la resonancia mediática, ha ido labrando su vocación como quien teje una vida y un respeto. Durante quince años ha trabajado, además, en la urdimbre de exitosos amores telenovelescos. Por eso, no es gratuito que se le haya convocado a participar en esta colección. Aquí hay un intento realmente afortunado de acercar la gente a la astrología de una manera más cotidiana. Basta agregar, como lo afirma Mariana Reyes, que este “es un libro para escépticos y enamorados”. Cruzar sus páginas es una idea sin desperdicio.
Leonardo Padrón