Somos de aquel texto en la pared
y de las grietas que lo alumbran
somos a través del humo del agua
y de las risas de una lámpara oscura
somos en la senectud más pura
de la calle sin asientos
del polvo en el saludo
somos
y somos
de la miserable sombra y de la mujer
de la silueta de montaña
somos
Recorro seis puntos para el recuerdo
y un cirujano me canta boleros desganados por la vida
y me cose la frente con esta pena
de esperar a una mujer en el reflejo del día
y comprender;
sólo porque soy su parroquia
algo tan querido
que el agente Santander tiene manos para mi sangre
y me voltea la cabeza lejos de la sed
porque al hombre aplastado le quitan las piernas
y yo sentado
con mis piernas sentadas
recordando lo que no hice
porque al podrido Pantoja le golpean en un cuarto
donde él corre y yo me detengo
donde quieren que yo también lo golpee
con el olor crematorio de los pasos
que me consuela y me duele
porque yo mismo me arrojé en las vueltas de la noche
porque no importa que me olvides y todo lo reinventes
porque ya yo tengo este recuerdo cosido
y no me sangra más la frente
Estos días fuera de tu cuerpo
estoy cambiando de ropa
recordándote sin rostro
pero hago desastres por encontrarte
recorro tu frase húmeda
con los dedos reúno tu lugar
tus velas
que comienzan el amanecer
y te desnudo imposiblemente
estos días fuera de tu cuerpo.
Tengo un vidrio en la garganta
nadie lo cree
pero si digo
estoy anclado roto en los ojos
sudando hacia tu agua
es literariamente verosímil
yo no tengo problemas
en ser elusivo
mentiroso con gracia
lo que me importa
más allá de las palabras
del misterio y la elegancia
es que tengo un vidrio en la garganta
nadie lo cree.