Leonardo Padrón se superó a sí mismo
Se dice -y se dice bien- que un escritor es tan bueno como eso último que escribió. Créanme, escribir es difícil. No es cuestión de encender la computadora, abrir el Word y arrancar. No. Antes de la primera letra, hay que intentar entender mil ideas enrolladas en una madeja a la que no se le ven las puntas.