Fracaso
Este 20 de mayo del 2018 en Venezuela va a triunfar el fracaso. Una paradoja mortal. La tristeza nacional adquirirá un nuevo punto de inflexión. Tal vez ni siquiera haya que esperar al calculado pudor de la medianoche para constatarlo. Esa tristeza se convertirá en tatuaje. La marca absurda de nuestro destino más inmediato. Una desembocadura que nunca pensamos merecer. Las elecciones presidenciales convocadas por la dictadura, de forma anticipada e ilegítima, son la muestra más palpable de nuestro fracaso como generación. No hay atenuantes posibles. Todo parece vertiginosamente inútil. La estrategia de la abstención finaliza al pronunciar la palabra. La herramienta del voto fue desmantelada de sentido real. Es un espejismo. Un hueco que espera nuestra caída. Deambulamos sobre los escombros de nuestra incapacidad colectiva. No supimos reaccionar asertivamente ante la voracidad delictiva en curso. Todos los venezolanos hemos sido arrasados por la peste del chavismo. Todos. Incluso los que bailan la danza de la fantástica corrupción. Porque el óxido de la pesadilla igual los va a alcanzar.